Comercialización

Tradicionalmente el Pimentón de La Vera se envasaba en sacos de yute y se vendía a granel en zonas chacineras y dónde existía la costumbre de realizar matanzas caseras. Este sistema de venta acabó a finales del siglo XX. La legislación sobre productos agroalimentarios prohibió la venta a granel y reguló las condiciones sanitarias de los productos alimenticios.

Hasta principios del siglo XX, ha persistido el sistema tradicional de comercialización del Pimentón de La Vera tal y como se venía haciendo desde hacía siglos. Los agricultores vendían directamente a los comerciantes que venían de distintas zonas del país, a los que se llamaba "arrieros forasteros". Estos compraban el pimentón para luego distribuirlo por sus zonas de procedencia.

En aquella época, el transporte se realizaba a lomo de caballerías primero, y en carretas después, hasta que a mediados del siglo XX se generalizaron los vehículos de motor.

Al principio era el propio agricultor quien se encargaba de la venta del pimentón, después de que sus pimientos fueran molidos en los distintos molinos hidráulicos de harina que había en las gargantas de la comarca. Entonces, el cliente, en el mismo molino, o en la casa del agricultor, elegía el montón de pimentón que más le agradaba y se le envasaba en su presencia.

Entrado el siglo XX, surgen los primeros comerciantes-exportadores de pimentón, que compraban la materia prima (pimiento seco) a los agricultores para su posterior molienda. En otros casos, compraba el propio pimentón al agricultor, estableciendo así un nuevo sistema que fue imponiéndose. Con el tiempo, estos comerciantes-exportadores montaron sus propios molinos, dando así lugar a las diferentes industrias molineras que fueron poblando la Comarca de La Vera y comarcas limítrofes como el Campo Arañuelo, Valle del Ambroz y Valles del Alagón y Arrago, zonas dónde el cultivo ya estaba bien implantado.