Historia
El pimiento, del que se extrae el pimentón, tiene su origen botánico en el área Perú-Bolivia, desde donde se extendió a América Central y Meridional. En efecto, cáscaras de pimiento encontradas en tumbas de Perú, datan de hace más de 2000 años. Era un alimento básico para los aborígenes americanos, con diferentes usos culinarios, en función de las variedades de que se tratara. Cristóbal Colón trajo la planta a España en su tercer viaje, en 1493, considerando al pimentón posible sustituto de la pimienta que se importaba de Oriente (García París, 1991).
Las primeras noticias sobre este cultivo en la provincia de Cáceres datan de finales del S. XV. Fue iniciado por los frailes Jerónimos del Monasterio de Guadalupe, así llegó hasta el Monasterio de Yuste (Cuacos de Yuste), desde donde se trasladó a Murcia a través del convento de esta Orden en La Ñora. (Zapata et al., 1992)
Quedaron así definidas las dos zonas más importantes de España en cuanto a la producción de pimentón: La Vera en Cáceres y la Huerta de Murcia, aunque el pimentón de cada una de ellas es diferente por los distintos sistemas de deshidratación.
Los Interrogatorios de la Real Audiencia de Extremadura, en 1753, citan al pimiento entre los cultivos principales, en Jaraíz de la Vera, se dice, la fanega de pimiento se pagaba a doce reales. En los Interrogatorios de 1791, se vuelve a citar el pimiento entre los principales productos, junto al aceite, castañas, seda e higos.
A mediados del S. XVIII se producían en La Vera 1.000 arrobas de pimentón, superándose las 3.000 arrobas en 1791 según el Catastro de Ensenada, al incrementarse la superficie de este cultivo debido a la epidemia que asoló al castaño. Este incremento del cultivo tuvo consecuencias importantes para La Vera: se paliaron parte de las pérdidas ocasionadas por la epidemia del castañar, y se inició la industria chacinera, basada en el pimentón, esencial para la alimentación de la población verata. Además de para la alimentación familiar, se exportaba a otras provincias. Así se difunde la calidad del Pimentón de La Vera y se hace imprescindible su utilización en industrias chacineras de toda España.
El cultivo se asienta definitivamente a mediados del S. XVIII, en pequeños bancales en la margen derecha del río Tiétar, en los llamados linares, sustituyendo al cultivo del lino. Continuó su expansión durante el S. XIX, hasta convertirse en el cultivo que revolucionará el agro de la comarca a finales de siglo, desplazando a otros productos tradicionales en La Vera: el lino y la seda, ya que la industria textil artesanal no pudo competir con la moderna industria catalana. A principios del S. XIX La Vera era ya una importante zona productora; así lo confirma el Conde de Canilleros: "Jaraíz, es hoy, uno de los primeros centros de pimentón". (J. V. Serradilla. 1998).
En el Diccionario Enciclopédico de Agricultura, Ganadería e Industrias Rurales, de 1889, aparece el vocablo "pimentón", donde se habla extensamente de este producto en el mundo y sus técnicas de obtención. De la calidad del pimentón de La Vera dice "...pero en La Vera de Plasencia, que hoy produce el mejor pimentón de España, y hace grande empeño en mejorar su preparación, se aplican pimientos no muy largos, delgados, puntiagudos, picantes y de poco corazón....". La fuerte demanda extendió el cultivo, pasando a ocupar muchas tierras dedicadas a pastos, antiguas propiedades de la Iglesia y de los Bienes Propios de los Municipios, que pasaron a propiedad vecinal por las leyes de desamortización. Estas tierras se regaban con agua de las gargantas, posteriormente se crean regadíos en la margen derecha del Tiétar, ampliados mas tarde a la izquierda, al construirse el pantano del Rosarito, extendiéndose el cultivo del pimiento hasta el Campo Arañuelo.
El desarrollo del cultivo sembró de secaderos a La Vera, elemento imprescindible para elaborar el pimentón. Se construían en las explotaciones agrícolas. A lo largo de la historia de La Vera, ha sido el edificio rural más emblemático y característico del paisaje. (Sánchez López, 1999).
La extensión del regadío propició grandes explotaciones con el sistema del medierismo: el propietario parcelaba la tierra y distribuía las parcelas entre los medieros, que las cultivaban con ayuda de sus familias. En este sistema medieval de explotación de la tierra, el propietario corría con los gastos fijos y la mitad de los insumos (pesticidas, leña, etc.) y el mediero se hacía cargo de la explotación de la parcela con la mano de obra y la otra mitad de los insumos necesarios. Los beneficios obtenidos se repartían al cincuenta por ciento entre propietario y mediero, en el mejor de los casos.
Las profundas modificaciones del sector agrario en La Vera, a finales del S. XX, afectaron a sistemas de cultivo y mecanización, además de al régimen de explotación de la tierra y a las estructuras de la propiedad, desapareciendo el medierismo. Actualmente, muchas de las explotaciones están dirigidas o asesoradas por técnicos cualificados.
Tras el secado, el pimiento se machacaba en el mismo secadero con pisones de madera. Cuando aumentó la demanda, los agricultores empezaron a utilizar molinos hidráulicos de cereales que jalonaban las gargantas de La Vera. Su transporte se hacía en sacos (maquilones), equivalentes a 80 Kg. de pimiento.
Estos molinos quedaron en desuso con la electricidad y la instalación de la primera central hidroeléctrica de La Vera, en el término de Losar de la Vera. Cuando los pueblos veratos contaron con corriente eléctrica, se modernizó y desarrolló la industria pimentonera, hasta llegar a ser la primera industria de la comarca.